El Bulldog Inglés es un perro de raza molosa. Encuentra su origen en Reino Unido, como lo indica su nombre. El Bulldog Francés es también un perro de raza molosa que fue introducido en Francia por obreros ingleses. En el siglo XIII se utilizaban los Bulldogs para las peleas de perros contra toros, llamadas «bullbaiting». Después de prohibirse estas batallas en 1835, esta raza de perro ha estado en peligro de extinción. Gracias a un grupo de fanáticos del Bulldog, poco a poco la raza se fue recuperando y hoy en día es un buen modelo de animal de compañía, para nada agresivo.
Diferencias entre el Bulldog Inglés y el Bulldog Francés
El Bulldog Inglés es uno de los emblemas mas fomosos del Reino Unido. Los labios laterales colgantes son lo que más les caracteriza. Bajito, patas cortas y un pecho imponente, el Bulldog
inspira fuerza. Sus dientes de arriba le sobresalen de la boca y sus orejas en general son pequeñas. El Bulldog Inglés es capaz de correr rápido pero no aguanta el ritmo mucho tiempo.
El Bulldog Inglés es muy cariñoso y bastante perezoso. Es tierno y tranquilo pero también testarudo. Para educarle correctamente es necesario enseñarle desde muy pequeño de manera firme.
La resistencia al esfuerzo y al calor son limitados para el Bulldog Inglés, no es aconsejable llevarle de vacaciones a un destino muy caluroso. El Bulldog Inglés es una raza frágil.
El Bulldog Francés fue adoptado con entusiasmo por los comerciantes para cazar ratas. Años después, ya se consideraba un animal de compañía apreciado por los occidentales.
El Bulldog Francés es un perro fiel y amigable. Adora a su dueño y, en muchos casos, hasta se pone celoso… Es muy sencillo educarle ya que está siempre predispuesto a escuchar a su adorado dueño y, además, no ladra a menudo. Hacer de perro guardián no es su prioridad, él prefiere los mimos de los miembros de su familia y pasear.
Es importante que el animal haga ejercicio físico, para no atrofiar sus músculos y… cuidado mientras duerme: el Bulldog Francés suele sufrir de apnea del sueño.