31 de Agosto de 2011. Karen Pascoe se dispone a volar de Nueva York a San José para iniciar una nueva andadura laboral. Ha encontrado un nuevo y prometedor trabajo en las cálidas tierras californianas. Viaja con sus dos gatos, Jack y Barry, que irán en respectivos transportines en la bodega del avión. Cuando los transportines ya han sido recogidos en la zona de facturación, un trabajador de tierra los dispone uno encima del otro, haciendo una torre, con tan mala suerte que el superior cae al suelo y se abre. En él iba Jack, un precioso gato rubio de raza Bosques de Noruega. Jack sale corriendo asustado, y aquí empieza la aventura.
El personal de tierra del aeropuerto comienza a buscar a Jack. Los minutos pasan, y el avión tiene que despegar. Lo hace, pero sin Jack. El gato no aparece. Se da la voz de alarma por todo el aeropuerto. Todo el personal es avisado de la urgente necesidad de localizar al felino y se distribuyen fotos entre los trabajadores. Pasan días. Y Jack no aparece.
La dueña crea una página de Facebook para correr la voz de la urgencia de localizar a su gato: https://www.facebook.com/pages/Jack-The-Cat-is-Lost-in-AA-Baggage-at-JFK, que se podría traducir como Jack-el-gato-perdido-en-zona-maletas-en-aeropuertoJFK. Esa página se convierte en un punto de reunión de un montón de gente involucrada en la búsqueda. Desde amigos de los animales que se imp
lican, pasajeros que se enteran en la terminal, personal de tierra del aeropuerto, guardias de seguridad, equipos de rescate con perros… Todo el mundo opina, comenta, describe, unos dicen que si han visto excrementos de gato en la zona de aterrizaje, otros que han oído maullidos en la zona de restaurantes… pero Jack sigue sin aparecer. La presión social se hace tan grande que las autoridades aeroportuarias hacen declaraciones públicas al respecto.
La táctica por la que se optó por parte del aeropuerto fue obligar al animal a salir de los falsos 
techos, que es donde se suponía que estaba, por hambre. Y en cierta manera les funcionó. Tras 61 días perdido, Jack cae en la zona de salidas del aeropuerto desde el doble techo. En unas terrible condiciones físicas, deshidratado y con la piel echa jirones, Jack es trasladado de urgencia a una clínica veterinaria, donde será eutanasiado después de varios días de lucha por su vida.
Tras la muerte de Jack, y con la idea de que nunca más pasara algo parecido, se crea la página WHERE IS JACK? donde se puede denunciar la pérdida de una mascota en cualquier aeropuerto de EEUU. Ellos te aconsejan, ayudan y apoyan en casos como el de Jack. Nunca más.